(Este artículo fue publicado en el número 25 de la revista argentina Rumbo Social, de Octubre-Noviembre de 1982, conmemorativo del centenario del nacimiento de Jacques Maritain).
LLEGADA A BUENOS AIRES
En el año 1936, Jacques Maritain vino a Buenos Aires invitado a dar conferencias por los católicos argentinos que, casi en su totalidad, entonces lo admiraban y aplaudían su obra y sus ideas.
Cuando llegó a Buenos Aires ya había escrito en el año 1930 su libro titulado Primacía de lo Espiritual, y en otro de sus libros, Una opinión sobre Maurras había refutado las ideas de este escritor francés y había adherido a la condenación de los errores de L’Action Francaise efectuada por la Santa Sede en 1926. En Una opinión sobre Maurras, escrita ese año, Maritain distinguía dos clases de nacionalismos: l°) el que cree en el mandato prescrito por lo ley natural de amar el bien de la patria más que nuestros intereses privados; y 2°) el que, llevando al principio de la nacionalidad a lo absoluto, identificó nacionalismo con racismo y conduce hasta el culto fanático de la Nación considerada superior a lo ley moral y religiosa.
A esta segundo clase de nacionalismo conducían los ideas de Maurras, quien no era católico, y L’Action Francaise, aun cuando se declaraba católica, seguía esas ideas maurrasianas. Solamente más tarde, en el año 1939, se produjo el retorno de L’Action Francaise a la Iglesia Católica, precedida del reconocimiento de los errores maurrasianos y su debida retractación.
En un marco de ideas en el cual todavía pugnaban dentro de las filas católicas los partidarios de Maurras por un lado, y los de la primacía de lo espiritual por el otro, llegó Maritain a la Argentina acompañado de su esposa Raïssa.
Antes de su llegado se habían difundido noticias adversas a su persona; se lo presentaba como adherido al Frente Popular que entonces existía en Francia. Y se decía haberlo visto haciendo el saludo comunista. También se agregaba que se había hecho pasible de censuras eclesiásticas. Por todo lo cual, Maritain creyó oportuno aclarar su posición política e ideológica en una conferencia pronunciado en la sede de lo revista Sur el 6 de octubre de 1936. Allí dijo:
“Cuando llegué a Buenos Aires me enteré por ciertos periódicos, bien o mal intencionados, de tres cosas: primero, que en Francia yo me había adherido al Frente Popular; segundo, que había saludado una manifestación de ese Frente levantando el puño; y, por último, que el Arzobispo de París me había excomulgado.
Ignoro el origen de esas informaciones. E informo que el Arzobispo de París no me ha excomulgado; al contrario: el órgano oficial del Arzobispado parisiense La Semaine religieuse de Paris ha recomendado recientemente – lo cual me produjo cierto placer – mi último libro titulado Humanismo Integral qué es la continuación de mi Carta sobre lo Independencia.
El día de la Manifestación del Frente Popular me hallaba trabajando en casa, y debo confesar que jamás he saludado levantando el puño, ni según otro rito; en materia de ritos exteriores me basta el signo de la cruz. Jamás me he adherido al Frente Popular, y hasta lo consideró invención peligrosa. Añado que nunca tuve la menor relación con una revista comunista cristiana que se llama Terre Nouvelle, en cuya portada figura como emblema la cruz y, sobre la cruz, la hoz y el martillo. Es revista de algunos jóvenes un poco primarios y muy utopistas, que no tienen ninguna influencia en Francia; pero los partidos de derecha han explotado mucho la existencia de esta publicación cuyo peligro y error señalaron mis amigos desde el momento de su fundación. Hasta se dice que ciertos grupos derechistas se han suscrito en gran número a Terre Nouvelle y envían la revista a toda clase de lugares bien elegidos, a Roma por ejemplo, para hacer creer que todos los católicos franceses que no pertenecen a la derecha son comunistas.”
La llegado de Maritain coincidió con la publicación en Francia de su Humanismo Integral y la difusión en nuestro país de su conferencia Problemas espirituales y temporales de una Nueva Cristiandad pronunciada en la Universidad de Santander, España, en 1935 y su Carta sobre la Independencia publicada en la revista Sur en 1936.
Maritain en ese momento era, para el pensamiento argentino, el maestro de asombrosa erudición, con autoridad en el mundo católico por una vida austera y su profunda fe. Asimismo, era el testimonio lúcido del renacimiento del tomismo viviente; el laico, filósofo cristiano convertido y ahijado de León Bloy. Era «el hombre fiel a la vocación más alta entre los humanos: la especulativa” (L. Castellani: ‘Conversación y Crítica Filosófica’ Espasa Galpe, Buenos Aires, 1941, pág. 83).
Con respecto al hecho de que Maritain hubiera descendido a la lucha humana, era visto por algunos como «aspectos objetables» de su apostolado, pero otros sostenían que esa parte de su pensamiento, siendo la más creadora, abría esperanzas de una política cristiana en los países americanos. Durante su estadía en la Argentina, Maritain hizo conocer su Humanismo Integral. Mostró así la unidad y la coherencia de su pensamiento especulativo y práctico.
En la Argentina tuvo entonces gran acogida. Dictó clases en los Cursos de Cultura Católica, cuya dirección estaba a cargo del doctor Tomás Casares, quien en el acto del homenaje que se hizo a Maritain habló de sus méritos y la proyección de su personalidad. En ese acto, se le entregó el título de Profesor Honorario, avalado por lo Jerarquía de la Iglesia Argentina. El texto del documento que acredita su título de Profesor Honorario es el siguiente: «Buenos Aires. 8 de octubre de 1936. Aprobamos el nombramiento de Jacques Maritain como Profesor Honorario de los Cursos de Cultura Católica y le damos sentidas gracias por las admirables lecciones de la Philosophia perennis y los ejemplos de vida cristiana que nos ha procurado su providencial visita a nuestro país». Firmado: Fortunato J. Devoto, Obispo Auxiliar Vicario Geneneral.
Las conferencias dadas entre los meses de agosto y septiembre de 1936 en los Cursos de Cultura Católica, fueron recogidas en una publicación con el título ‘Para una Filosofía de la Persona Humana’ (1937). Los temas que trató fueron los siguientes: Ciencia y Filosofía, Del saber moral, La Libertad, Persona e Individuo, Concepción Cristiana de la Ciudad, en los que expuso problemas concretos de la política cristiana.
En la ciudad de Córdoba pronunció dos conferencias. En la auspiciada por el Instituto Santo Tomás de Aquino y el Centro Femenino de Estudios Religiosos Santa Teresa de Jesús con el tema “Acción y Contemplación», fue presentado por Rodolfo Martínez Espinoso. En la dada en la Universidad de Córdoba, que trató el problema de «La Ciencia Moderna y la Filosofía», fue presentado por Alfredo Fragueiro, profesor Suplente de Filosofía Jurídica y Miembro del Instituto de Filosofía. La visita de Maritain a Córdoba tuvo gran resonancia; los diarios cordobeses le dedicaron una especial atención.
En el diario Los Principios se publicó el 1° de octubre un articulo: J. Maritain y el Tomismo, traducción del prólogo de su libro ‘El Doctor Angélico’; y también un artículo de E. Gouiran, en el que se destacaba el significado que había tenido para la juventud y su generación.
Cuando Maritain visitaba la Argentina el nacional-socialismo constituía una fuerza que llegaba al mundo eufórico por el dominio de la Tierra. Contaba para su expansión con el exterminio de los judíos. Esto se llevaría a cabo en varias etapas que, basándose en un «derecho racista», se proponía: «quitar a los judíos sus derechos civiles, expulsarlos de la vida económica, aislarlos en ‘Ghettos’ paro que murieran de hambre y de miseria y, finalmente, ‘liquidar’ a los que habían sobrevivido a las etapas anteriores».
Ante este hecho Maritain señaló el deber de la conciencia cristiana de combatir «el imposible antisemitismo» y denunció la ‘Mauvaise concience’ que aceptaba los argumentos del nacional-socialismo y señalaba a los judíos como única causa de los males que sufría el mundo, a fin de justificar o hacer desear su persecución. También alertó a los cristianos y a los hombres de buena voluntad contra la complicidad que, poco a poco, les ganaba para el sentimiento antisemita.
En Buenos Aires, en ocasión de su conferencia sobre León Bloy, Maritain fijó su posición frente al antisemitismo completando ideas que había expuesto en su trabajo ‘Nota sobre la Cuestión Judía’ escrito en 1931. Fue traducido en 1932 por L. Castellani y publicado en la revista Criterio N° 336, de agosto de 1934. Castellani afirma que Maritain no se retractó de aquella luminosa página, cuando fijó su posición en contra del antisemitismo en el año 1937. (L. Castellani: Maritain, hombre de acción, revista Criterio N° 489, año 1937, pág. 258).
INFLUENCIA DE MARITAIN EN LA ARGENTINA
Monseñor Gustavo Franceschi le dedicó a Maritain tres editoriales de la revista Criterio para destacar la importancia de su nombramiento como embajador de Francia ante la Santa Sede (1948) y de la recepción que le había dispensado el Papa.
“Las circunstancias mismas del nombramiento de Maritain – escribió entonces Franceschi – subrayan el simbolismo que implican, y nos dan pauta para formar juicios tanto acerca de la persona del escritor, cuanto acerca del criterio con que mira el Vaticano, que es el mejor observatorio del mundo, los rumbos que deben seguirse si es posible colaborar al establecimiento de algún orden en el mundo convulsionado.” (ver revista Criterio N° 885 de marzo de 1945).
La situación política que atravesaba nuestro país en esa época, hacía imposible pensar en la constitución orgánica de partidos que llevaran a la política una solución integralmente cristiana. Maritain, que conocía nuestra desgraciada situación, y que estaba ligado a dirigentes de los movimientos y grupos democráticos, les envió en noviembre de 1946 un mensaje en el cual señalaba los caminos a seguir en ese momento, destacando especialmente la importancia de lo tarea de formación.
“Vosotros sabéis – les escribió en ese mensaje – cuánto y con qué afecto estoy unido a mis queridos amigos de la Argentina. Yo sé por qué pruebas pasáis y tengo afligido el corazón, pero estas pruebas templarán y fortificarán vuestras almas, pues están, sin duda, destinadas a haceros comprender que la obra de mayor urgencia y necesidad es de orden espiritual, y que la primera tarea debe ser preparar e iluminar los espíritus. En este sentido, es casi una ventaja estar impedido por los acontecimientos de entrar en las contingencias de la actividad política; durante este tiempo podréis trabajar para colocar los cimientos de una sana filosofía de la vida social y política, y de una sana filosofía de la historia. Las aplicaciones vendrán más tarde. Vuestros trabajos y vuestros sufrimientos, queridos amigos de la Argentina, prepararán el terreno para las germinaciones evangélicas.”
La publicación en la Argentina, durante el año 1946 por la editorial Club de Lectores, del libro ‘De Bergson a Santo Tomás’ fue un acontecimiento significativo, porque mostró a muchos, que sólo conocían a Maritain por sus libros de filosofía práctica, la dimensión sintética de todo su pensamiento. Ese libro destaca que el problema de la filosofía cristiana y el de la política cristiana no son sino la faz especulativa y la faz práctica de un mismo problema, idea maritainiana que señalaron en forma especial Manuel Río y Tristán de Athayde.
Maritain había dicho, en su Mensaje a los argentinos, que durante ese tiempo, se debía trabajar para colocar los cimientos de una sana filosofía de la vida social y política, y en ese sentido trabajaron grupos de estudio y movimientos, algunos de los cuales llegaron a tener el carácter de movimientos cívicos, como la Unión Democrática Cristiana de Córdoba.
La cátedra universitaria argentina y en especial las enseñanzas de Derecho político y las bases de Derecho Constitucional, recogieron la filosofía política de Maritain, sobre todo la de su libro ‘El Hombre y el Estado’. Entre esas cátedras universitarias figuraron las de Derecho Político de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba y de Derecho Constitucional de la Facultad de Ciencias Económicas a cargo del Dr. Enrique Martínez Paz, y la cátedra de Derecho Político de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires o cargo del Dr. Ambrosio Romero Carranza, siendo también manifiesta la influencia de la filosofía política de Maritain sobre el pensamiento del profesor de Derecho Político y Derecho Constitucional Dr. Germán Bidart Campos, en especial en sus libros Doctrina del Estado democrático – Buenos Aires (1961) – y Derecho Político (Ed. Aguilar 1962).
En la gestación y concreción de movimientos estudiantiles universitarios encontraron eco los ideales políticos y culturales de Maritain. Destacamos en especial aquellos que propiciaron un humanismo cristiano y que reconocieron, explícitamente, la línea tomista-maritainiana.
Asimismo se llegó a la aplicación de los principios de Maritain en el terreno político. El primer documento del partido Demócrata Cristiano demostró, de una manera clara, la inspiración y la influencia de las ideas maritainianas (cuando en 1955 se formó ese nuevo partido).
Sin embargo, la faz del pensamiento de Maritain no ha alcanzado a madurar en Argentina. Pero muchos cristianos y hombres de buena voluntad, unidos por una íntima y profunda afinidad, le agradecen el haberles aclarado ideas sin las cuales su acción cívica habría carecido de contenido, ideas universales que Maritain ha enriquecido y vitalizado, y que sirven de guía para la comprensión del sentido de la historia de nuestro tiempo.
Fernando Martínez Paz