Palabras de Franklin M. Obarrio

Al cerrar las Jornadas Sociales como Presidente de Justicia y Paz, en septiembre de 1983, hace 36 años, proyectándome con esperanza al futuro socio político de la Argentina, pude decir que “El presente y el futuro de una Nación se resuelven en su voluntad de amor y en la amistad que ese amor es capaz de generar”.

Y parafraseando a Juan Pablo II en “Redemptor hominis”, que nos entregaba la Doctrina Social de la Iglesia presentada y recreada desde una antropología muy profunda, directamente enraizada en el Misterio Trinitario y en el Misterio de Cristo, mirando al futuro, reitero, con esperanza , dije:

 “Ese hombre es siempre presentado por Juan Pablo II como varón y mujer, dos soledades que en su distinción, en su diferencia, son llamadas al encuentro  en el amor y, por lo tanto, a ser imagen de la Trinidad …” Y agregué, también con Juan Pablo II, que esta unión del Hombre, varón y mujer, “es la experiencia fundacional, la raíz de toda experiencia humana y el umbral de toda experiencia histórica sucesiva”.

Y digo “esta unión del hombre” porque Dios creó al Hombre y como en todas las especies animales, macho y hembra los creo, los creo varón y mujer, como dice el Génesis.

Debo hoy reconocer que en el año 1983, a pesar de que había recibido un día, providencialmente, una lección particular del filósofo profesor Dr. Emilio Komar acerca de cómo las ideas de Antonio Gramsci avanzaban en Europa, no tenía personalmente una conciencia clara de lo que ello significaba ya en ese tiempo y menos aún lo que significaría en los años inmediatamente posteriores, en orden al cambio que desde mucho antes se venía operando respecto de lo que hoy conocemos como la cuestión o perspectiva de género.

Repito, desde mucho antes, porque no obstante que es a partir de la Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer, de Pekin 1995, desde la que se busca examinar con esta perspectiva el impacto del género en las oportunidades  de igualdad de las personas, en sus roles sociales y las interacciones que llevan a cabo con otros, ya desde la Primera Conferencia realizada en México en 1975 se planteaba como meta alcanzar la igualdad de género en la educación, el trabajo y la política.

Después de México, se sucedieron las Conferencias de Copenhague (1980), Nairobi (1985) , la ya mencionada de Pekín 1995, que es donde se produce el corrimiento de la expresión mujer/varón o viceversa y se pasa ya definitivamente al concepto de género y se reconoce por la asamblea que toda la estructura de la sociedad debe ser reordenada a la luz de los estudios de género. En esta reunión o Conferencia de Pekin se pone el acento en el tema de la igualdad de género y se votó y aprobó la Plataforma de Acción de Beijing (Pekín) en adelante referida siempre por sus letras iníciales PAdeB.

Posteriormente la Conferencia ha sesionado como parte de las Asambleas de la ONU y en 2005 se creó como una sección especial la Comisión del Estatuto de la Mujer que reafirmó los compromisos de Pekín 1995. En la Asamblea de 2010 la reunión de la CEM formuló un requerimiento a los gobiernos sobre el cumplimiento de los objetivos de la Plataforma de Acción de Pekín y se creó la ONU Mujeres.

Hoy día la Presidencia es ejercida por la sudafricana PHUMZILE MILAMBO-NGAUKA, como Directora Ejecutiva y Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas (antes fue Directora Ejecutiva la Sra. Michelle Bachelet) y Para conmemorar en 2020 el 25º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, ONU Mujeres está lanzando una nueva campaña, «Generación Igualdad: Por la realización de los derechos de las mujeres y un futuro igualitario». La campaña exige igualdad en la remuneración, igualdad a la hora de compartir el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, poner fin al acoso sexual y todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, servicios de salud que respondan a sus necesidades y su participación en pie de igualdad en la vida política y en la toma de decisiones en todas las esferas de la vida, todo lo cual, si fuese solo eso estaría muy bien.

La ONU Mujeres tiene un Comité Ejecutivo compuesto por representantes de 41 de los estados miembros. La Argentina integró ese comité en el año 2012 y de América Latina son miembros prácticamente permanentes Brasil, Chile y Uruguay.

Pero no es solo eso, la perspectiva de género pretende en forma expresa desnaturalizar, desde el punto de vista teórico y desde las intervenciones sociales, el carácter al que desde ese ámbito se alude como jerárquico, atribuido a la relación entre los géneros y  a la vez mostrar que los modelos de varón o de mujer, así como la idea de heterosexualidad obligatoria, son construcciones sociales que establecen formas de interrelación y especifican lo que cada persona, debe y puede hacer, de acuerdo al lugar que la sociedad atribuye a su género

El género desde esta perspectiva, conforme a la terminología que emana de los que pretenden imponer esta temática, es la “categoría de análisis” que permite descifrar el orden sociocultural pre-configurado sobre la base del sexo. Es decir, analiza la construcción simbólica de los atributos asignados a las personas a partir de su sexo, tratando de indagar en las características físicas, económicas, sociales, psicológicas, eróticas, jurídicas, políticas y culturales definidas –se dice- casi de manera genérica, cuando el sujeto nace.

El género, en un sentido amplio, se refiere a «los roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera como apropiados para hombres y mujeres»  y que configuraría la ontología (teorías sobre el ser) y epistemología (teorías del conocimiento) de un individuo, así como la “maquinaria intelectual con la que se perciben las cosas, atribuyendo significados cargados de género”.

Así, en síntesis, el género es una construcción social y no un término destinado a explicar la separación de roles natural e inherente a la condición biológica de los sujetos —características anatómico-fisiológicas—, por lo que no hay analogía o sinonimia semántica entre los términos «género» y «sexo»

Fue John Money, en la década de los años cincuenta del siglo pasado, el primero que uso la palabra género para  pasar por sobre las diferencias naturales entre varón y mujer (1)

En rigor, el sexo resultaría así conceptualmente abolido en el ser humano por obra del hecho mismo de suprimir en las palabras su diferenciación y nos quedamos con el ser simplemente HOMBRES como los primeros pertenecientes al género HOMO del reino animal, nuestros antepasados. Hemos retrocedido por lo menos dos millones de años. ¿No se unían acaso sexualmente nuestros antepasados del Paleolítico para reproducirse y también para satisfacer su instinto o si se quiere su primitiva afectividad, que la tendrían, seguramente?

Es claro que algo que no podrá abolir la perspectiva de género es que el ser del género que llamamos hombre se reproduce por la sexualidad de macho/hembra o hembra/macho, como nos guste, como casi la totalidad de los vertebrados y de acuerdo a la función propia de los órganos de mujer y varón, con todo lo que ello significa genética, psicológica y socialmente, para ser más genéricos, con todo lo que el ser sexuados significa humanamente.

Con la brevísima y meramente enunciativa síntesis precedente no pretendo más que haber mostrado que este asunto de la perspectiva de género nos pone ante un hecho universal de enorme trascendencia.

Nosotros estábamos muy bien o creíamos estarlo, con lo que hemos aprendido del antiguo y del nuevo testamento y especialmente del Evangelio de Juan en escena de las Bodas de Caná y en una de las más conocidas carta de San Pablo.

En la carta de San Pablo a los Efesios leemos “Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla… Del mismo modo los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, 29…. nadie menosprecia a su propio cuerpo; sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia y por nosotros, 30 que somos los miembros de su Cuerpo. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio, y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia…” (Ef 5, 25-32).

El Evangelio de Juan en las Bodas de Caná (2) se explica por sí mismo, si los esposos ofrecen juntos el agua de sus propias vidas, esa agua al ser bendecida por Dios será el vino de la Gracia.

Pero es cierto que en nuestra comodidad, no nos hemos detenido suficientemente en meditar este misterio grande que dice San Pablo.

Que quiere decir que el hombre varón se unirá a su mujer y serán dos en una sola carne. ¿Por qué misterio grande? ¿Se unirán, realmente? ¿Cómo si son dos, lo son en una sola carne? Para esto no tenemos respuesta si no es en la trascendencia metafísica.

No hay unidad de dos, porque si la hubiera serían uno y son dos, no se da una fusión o aleación que produce un material nuevo.

Son y serán siempre dos y con el número dos nace la pena, dice Leopoldo Marechal, en el poema “Del Amor Navegante”.

     Porque no está el Amado en el Amante
Ni el Amante reposa en el Amado,
Tiende Amor su velamen castigado
Y afronta el ceño de la mar tonante.

Llora el Amor en su navío errante
Y a la tormenta libra su cuidado,
Porque son dos: Amante desterrado
Y Amado con perfil de navegante.

Si fuesen uno, Amor, no existiría
Ni llanto ni bajel ni lejanía,
Sino la beatitud de la azucena.

¡Oh amor sin remo, en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.

Buscan la presentida unidad pero por ser uno en una sola carne, muchas veces sólo alcanzan la multiplicidad en la dispersión.

Esto que desde el segundo tercio del siglo pasado y lo que va del presente se resuelve en el divorcio, para continuar con el enfoque desde la síntesis poética, podemos decir que se ve expresado en los setenta y siete poemas del poemario Trilce de Cesar Vallejo, del que se ha dicho:

Es evidente que la unidad ocupa en estos poemas un espacio de indeterminación. La determinación es en ellos el elemento marcado: sea del tiempo, como en el poema V en el cual la manera de vencer la multiplicidad que el tiempo entraña es la castidad, sea del espacio, como en el X, verdadero campo de batalla entre contrarios en donde el número acecha detrás de toda contingencia. Unidad postulada entonces, presentida, que se deja entrever tanto en el intersticio que los límites dibujan (los bordes de los dos cotiledones) como en la dispersión que “las juntas de contrarios” comportan.

La existencia empírica se revela como el imperio de las determinaciones, de los límites, de los contrarios inconciliables, de los encuentros azarosos. Estas limitaciones, emparentadas a la idea de multiplicidad (la cual a su vez comporta las ideas de contingencia y finitud), son puestas en evidencia en el aspecto formal de la composición poética a través de la fragmentación sintáctica y de las cesuras que coartan el fluir del verso. La sintaxis se vuelve significante. Fragmentación y cesura marcan límites a un sentido que a fuerza de chocar con lo elementos internos al poema se disloca y se vuelve errante, ausente y vacío si como lectores esperamos que, en tanto presencia plena, emane del espacio aparentemente lineal de la escritura.

La sexualidad es en los poemas vallejeanos la fuerza centrífuga que promueve y perpetúa la multiplicidad y la dispersión de la existencia. En tanto principio del placer el ejercicio de la sexualidad destierra porque concibe, propaga, multiplica, diferencia, transforma lo simple original y homogéneo en series de complejos heterogéneos. El amor se ensombrece, ya que el placer lo deporta hacia una angustia elemental que Vallejo deposita en el amor carnal.

Entonces podemos preguntarnos si es unidad o será unión, a lo que debe tender el amor de varón y mujer ?  La pérdida de la posible unión, sólo trae llanto, mucho más que simple pena.

En un poema publicado en el cancionero de Federico García Lorca, en la década de los años 20 del siglo pasado, que es aparentemente inocente porque estaba dedicado a una niña y entonces se lee hoy como poema para niños, decía así el poeta:

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer su anillo de desposados.

¡Ay! su anillito de plomo,
¡ay! su anillito plomado
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran!
¡Ay, ay, cómo están llorando
!

En Marechal, la redención de la imposible unidad se dará en La Erótica, el sexto de los siete días poéticos del Hemptamerón, que finaliza en el séptimo día con el Tedeum del Poeta, donde después de haber intentado la unidad pisando juntos las uvas en un tonel del que sacarán su propio vino, miel para ambos esposos pero hiel para los extraños, la unión se logra cuando se ofrecen al Entero del Canto, porque “El principio y el fin es el Amor” y así descubren que sólo serán Uno si éste nace del Dos y que eso se logra en la “sabrosa quietud en el Ser Absoluto” y así “el Amor inmóvil entrará en movimiento para volver a unir lo que fue separado”. No en unidad, pero sí en unión.

En César Vallejo, la redención le llega porque nunca ha cesado en él la tensión metafísica, expresada en el poema Absoluta, cuando había dicho:

…………………………………



Mas ¿no puedes, Señor, contra la muerte,
contra el límite, contra lo que acaba?
¡Ay, la llaga en color de ropa antigua,
cómo se entreabre y huele a miel quemada!

¡Oh unidad excelsa! ¡Oh lo que es uno
por todos!
¡Amor contra el espacio y contra el tiempo!
Un latido único de corazón;
un solo ritmo: ¡Dios!

…………………………………………………………

Y a García Lorca la redención le llega porque … es García Lorca y porque supo intuir que en los anillos perdidos los viejos lagartos lloraban la perdida unión.

Se ha dicho queKierkegaard ha introducido en el pensamiento filosófico la idea de una repetición espiritual, por la cual la decisión radical del sujeto libre afirma la novedad absoluta de la existencia personal y recrea el entero orden real mediante la asunción de lo otro en la propia identidad espiritual, como determinación ético-metafísica de la subjetividad, operadora de una presencia total ante sí mismo, los otros y el Otro, el Todo Otro, que es Dios”. La Repetición , difícil pero hermosísimo libro del quien se definió a sí mismo como escritor religioso, siendo un gran filósofo, discurriendo aquí sobre su tema “el existente”, en torno al relato bíblico de Job.

Y termino diciendo mi propio poema, no divino, sino humano

                                      El número uno, soledad,

                                      El número dos, tu y yo,

                                      Sólo el número tres, amor.

                                                         Franklin M. Obarrio

Septiembre de 2019

Al considerar el género, ligado al deseo, como más determinante que el determinismo biológico, ligado a la anatomía, reactivó las controversias en la comunidad científica acerca de lo innato o adquirido. En la década de 1950 este tema era de fundamental importancia para los que bregaban por despatologizar la homosexualidad.

Además de sus estudios sexológicos sobre los niños intersexuales, las fantasías sexuales, las parafilias y la pedofilia y de sus estudios sobre el género, es conocido también por el estudio del hermafroditismo.

Formó parte del movimiento de liberación sexual de las décadas de 1960 y 1970

El caso Reimer

Durante su vida profesional, Money era respetado como un experto en el comportamiento sexual, sobre todo por su teoría de que el género es adquirido más que innato. Muchos años más tarde, sin embargo, se reveló que su caso más famoso que comprobaba su teoría fue en realidad un rotundo fracaso. El caso es el cambio de sexo de David Reimer, en lo que más tarde se conoció como el caso «John/Joan».

En 1966, una circuncisión mal realizada dejó a David Reimer (de 8 meses) sin pene. Basado en la recomendación de Money, catorce meses después Reimer fue reasignado como mujer, sus testículos son retirados y se le crea una vulva de forma artificial, finalmente le cambia el nombre a Brenda. Money recetó además el tratamiento hormonal que fue realizado también. Money le indicó a la familia que nunca le dijiesen sobre su cambio de sexo y que lo educaran como una niña normal, cosa que fue realizada por la familia. Money publicó una serie de artículos con informes de la reasignación como exitosa y la exhibió como la prueba irrefutable de su teoría.

En 1997, Milton Diamond informó que la reasignación había sido todo un fracaso, Reimer nunca se había identificado como mujer o comportado de una manera típicamente femenina, después de haber sido cambiado su sexo a femenino. A los 14 años, después de años de terapia y varios intentos de suicidio, contaron a Reimer todo lo sucedido y decidió someterse a tratamientos con hormonas masculinas, cambió su nombre de nuevo a David cuando era un adolescente y se sometió a una serie de cirugías que le permitieron volver a tener un pene.[6]​ En 2002, el hermano gemelo de David, Brian, fue encontrado muerto por una sobredosis de los medicamentos utilizados para tratar la esquizofrenia. El 5 de mayo de 2004 David Reimer se suicidó, posteriormente su padre también se suicidó por sentimientos de culpabilidad.

(2)Juan 2, 1-11. Segundo Domingo del Tiempo Ordinario. Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga». Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el bu en vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.